13 agosto 2008

Se me olvidó olvidarte

Se me olvidó otra vez que debía olvidarte. Hoy se me olvidó que había decidido olvidarme de este día. Y aquí estoy de nuevo, dibujando tu silueta sobre las arenas del tiempo y tratando de olvidar que no puedo olvidarte.

¿Pasa el tiempo ahí en tu ausencia? ¿Corren los días como en este lado? ¿Existen en tu esfera los recuerdos? ¿Existe quizás el olvido?

Lo lograré. Sé que lo haré pues si no fuera posible no tendría sentido que el destino me obligara a intentarlo. Pero es tan difícil mantener la cordura mientras camino sobre esta fina línea que mantiene en equilibrio el olvido imposible y la vida necesaria.

No, no te olvido. No podré hacerlo nunca. Y con tu recuerdo viajará siempre este amor obsesivo que inyectaste en mis entrañas. Pero vivo. Y vivir significa seguir andando aunque me persiga siempre tu sombra. Y vivir significa tragar nudos de agonía hasta que tu recuerdo se convierta, como aquellos de la infancia, en tan sólo un suspiro de melancolía exhalado al aire en este día.

Ya son cuatro. Quizás lleguen a ser cuarenta los días como hoy que me atormenten en la vida. Quizás sean cuarenta los obituarios como éste que lance al viento para tratar de olvidar que no te olvido. Quizás, sin embargo, sean éstas las últimas lágrimas que te escriba. Quizás el último llanto contenido.