El año nuevo ha entrado turbulento. Con frío, con lluvias, con tormentas... Mi pequeña cala ha aparecido a mi regreso repleta de mensajes en botellas fruto de los naufragios de la temporada. Y, por la escasez de la huellas en la arena, me temo que no ha habido nadie aquí para atender las llamadas de auxilio.

Mis criaturas se han sentido solas y asustadas estos días y el olor a arena mojada aún hiela mis entrañas. La sirena está triste, aunque ríe. Ya sabemos de su ciclotimia... El grillo ha estado farruco y algunas noches se ha dedicado a chillar para no dejar dormir a nadie. Y, hasta Tolete ha envidado una botella amenazando con regresar a la caza de cualquier insecto que se atreva a invadir su territorio.

Hoy, sin embargo, parece que las tormentas han parado por un momento. Algunos de mis conjuros a la luna parecen haber funcionado y las pardelas y los delfines han vuelto a reír a mi alrededor. Pero, ¿por cuánto tiempo reinará la calma? ¿seguirán mis hechizos funcionando con la Reina de las Sirenas? ¿y con el grillo? ¿y con Tolete?...

¿Y si el viento logra desatar las cadenas de Zz? ¿Qué será entonces del mundo? Sé que os da pena, exploradores, pero un grito suyo y esta playa podría vivir un tsunami absolutamente destructor...